Navidad… ¿Qué es lo más apropiado?
Llego diciembre, el mes más esperado por los pequeños y por qué no decirlo, también por nosotros los adultos que afortunadamente aún guardamos algo de niños en nuestro interior.
Si hacemos un pequeño esfuerzo y por un momento recordamos algunos pasajes que marcaron nuestra infancia como las sensaciones, aromas, colores y todo cuanto nos recuerde el hogar que alguna vez nos cobijó, el árbol de navidad que con sus pequeñas luces de múltiples colores iluminaron nuestras ilusiones, el pesebre que con tanto amor armamos junto a nuestros padres, podremos comprender la ilusión que hoy en día representan estas fechas para nuestros pequeños, aunque estoy segura que muchos estarán de acuerdo conmigo si digo que nuestras tradiciones se fueron diluyendo con el tiempo y el consumismo fue ganando terreno año tras año… pero bueno esa es otra historia…
Este ha sido un año particularmente distinto, ha sido duro y muy difícil para muchas familias, muchas de ellas perdieron seres queridos, amigos y conocidos, el que menos, vio de cerca la partida de algún compañero de la oficina, otros lidiaron con una economía frágil, muchos perdieron el trabajo, otros vieron sus negocios quebrar, pero ojo que no estoy mencionando a los menos afortunados, aquellos que no están porque no queremos verlos pero sabemos que existen y solo hay que asomar la cabeza por la ventana.
En fin, todos hemos sufrido de alguna manera las consecuencias de la pandemia y me viene una pregunta a la mente; ¿Qué es lo más apropiado? – ¿Vamos a brindar como cada año? – ¿Vamos a dar los obsequios como siempre? - ¿Vamos a reunirnos y disfrutar una estupenda cena? … Pues pienso que sí es el momento de rescatar y valorar el verdadero sentido de la navidad, no privemos a nuestros niños de esta linda ilusión, ilusión que nos tocó vivir a todos en su momento, vamos a aprovechar de encaminar nuestra fe y amor hacia los demás, es el escenario perfecto para practicar la empatía.
Desde nuestro lugar podemos hacer mucho sin dejar a un lado nuestras tradiciones, no es necesario hacer gastos onerosos, podemos ayudar a las pequeñas empresas a reinventarse, hay mucha gente hábil que hace estupendos juguetes, prendas de vestir, adornos, souvenirs, verdaderos emprendedores que nos necesitan. Ellos también tienen familia y por supuesto mucho que contar.
Todo esto es parte de la etiqueta, son las reglas que gobiernan y guían el comportamiento humano, los buenos modales, la cortesía y la empatía… simplemente son normas de convivencia.
Reunámonos con la familia… por lo menos con los más cercanos procurando respetar las medidas y protocolos de bioseguridad si no viven con nosotros, el servicio de mesa debe ser realizado con mucho cuidado, el brindis no debe faltar, los buenos deseos siempre deben ser exteriorizados, no permitamos que esta linda época se vea empañada, miremos siempre adelante y seamos positivos, no todo fue malo… ¿Alguna vez te imaginaste que ibas a quedarte en casa durante tanto tiempo y ver crecer a tus hijos o bien teniendo la posibilidad de hacer lo que por mucho tiempo postergaste?
Para concluir, el anfitrión será quien haga el brindis, normalmente después de los postres ya que es cuando se sirve el vino espumoso, pues es con esta bebida o con vino con lo que habitualmente se brinda.
No olvidemos que el brindis debe ser breve ya que no es un discurso, mirando a los ojos de los invitados y finalmente levantando la copa hasta la altura de los ojos y jamás se chocan las copas ni se dice “chin chin” mucho menos en comidas formales.
Por último, evitemos hacer demostraciones innecesarias de lo bien que la estamos pasando o cuantos obsequios damos o recibimos, incluso de lo que comemos con desafortunadas por no decir absurdas fotografías en facebook, instagram u otras RR.SS. ¡Mostrar lo que desayuno, almuerzo y ceno es de muy mal gusto y peor si ostentamos un brunch. Esto es algo que me cuesta comprender, ¡seamos empáticos!
Hagamos que estas fiestas sean un motivo de reconciliación, solidaridad y sobre todo empatía. La vida nos regala la oportunidad de valorar lo que nos rodea.
¡Es hora de compartir amor y aprender la lección!
¡Un lindo día para todos!
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