Mi pasión tiene un origen

Muchas veces nos cuestionamos sobre las cosas que hacemos: las hacemos por obligación? necesidad? realmente somos felices con lo que hacemos?

El éxito está en saber disfrutar y tener pasión por lo que uno hace ... yo les contaré cual es mi caso ...




A lo largo de mi vida profesional he tenido la fortuna de conocer personajes que marcaron sustancialmente mi vida, inculcándome el amor y servicio al prójimo, sin duda ciñeron el camino que yo pronto recorrería, basado en los principios básicos del desarrollo humano e intelectual, he adquirido un especial cariño por la lectura y la poesía, mis primeros pasos por los corredores de la Cancillería me permitieron ver muy de cerca al trajín diplomático de la época, trabajar con personalidades de la talla del “Señor” Oscar Cerruto Collier (para quienes tuvieron la dicha de conocerlo y comprender el adjetivo utilizado), eximio escritor, poeta, periodista y diplomático; Don Adolfo Costa Du Rels, escritor, dramaturgo y diplomático con quien también he tenido la ventura de trabajar en una de sus últimas obras, son algunas de las ilustres personalidades que lograron seducir mi interés por el vasto mundo de las formalidades.

Es imposible no mencionar a Doña Aida Luna Orozco de Bretel, mi madre, quien sin duda forjó mi carácter y me brindó la oportunidad de tener una vida plena, llena de valores y sobre todo amor.

Indubitablemente, el pilar fundamental, mi amado esposo Carlos Alcides Aliaga Ayoroa, arquitecto, urbanista, paisajista y asimismo diplomático, quien siempre está a mi lado, acompañando y apoyando cada uno de mis proyectos de vida.

Es así que comenzó mi pasión por el buen trato, la urbanidad, las buenas maneras y costumbres que a lo largo de mi vida fueron el puntal vehemente de lo que hago hoy.

Georgette

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