Siempre femeninas… empoderadas pero con dignidad
Por supuesto que a las mujeres nos gustan las flores, los chocolates y todos esos detalles... eso no nos hace débiles y mucho menos sumisas.
Admiro, celebro y apoyo a la mujer que tiene la capacidad de ver en el hombre un complemento con el que se puede compartir muchos proyectos e incluso la vida misma.
Una mujer verdaderamente inteligente es la que se gana el respeto de los demás sin necesidad de levantar la voz y hacer berrinches, pero más admirable aun es cuando no vende su dignidad para ganar falsos aliados denostando a las demás mujeres que con total derecho pueden pensar distinto, una mujer de verdad siempre cuidará su imagen y no lo hará por nadie… sólo por ella.
Las verdaderas mujeres defendemos la vida... damos vida y la cuidamos, jamás haremos ni consentiremos lo contrario... ser madre es la mayor bendición que una puede tener.
Admiro a las mujeres que lucharon por la libertad e igualdad de derechos a través de su esfuerzo e intelecto, admiro a las que lo siguen haciendo con trabajo honesto y desde la palestra adecuada sin necesidad de perder la dignidad con falsos argumentos de igualdad o mostrando burdos excesos de piel… nuestros derechos debemos defender siempre, pero es necesario entender que no somos iguales, nosotras somos femeninas, madres, hijas, todas hermosas sin duda, con múltiples características y por supuesto capacidades y lo más importante, tenemos el don de dar vida y eso nos identifica simple y llanamente como mujeres.
¡Tenemos los mismos derechos que los hombres, pero entiendan que no somos iguales!
Admiro a la mujer que cree en Dios y no trata de romper esquemas gritando para demostrar fuerza, amparada en la falsa igualdad de género atacando al sexo opuesto para demostrar superioridad… realmente ese no es el camino.
Admiro a las mujeres que son femeninas, eso es lo que nos distingue... somos dulces y delicadas por naturaleza pero fuertes y aguerridas cuando es necesario.
Dios nos hizo así y no somos quienes para cambiarlo.
Ser feminista no significa ser superior al hombre y confrontarlo hasta el punto de querer denigrarlo, ser feminista es luchar por estar al mismo nivel demostrando nuestras fortalezas y superando nuestros miedos y debilidades a través de las capacidades ampliamente demostradas desde hace ya bastante tiempo sin perder nuestra naturaleza de mujer.
Muchas mujeres sufrieron las injusticias del pasado, muchas mujeres murieron en el intento de ser tratadas con justicia, fueron víctimas de una sociedad y un periodo de ignorancia de la historia, muchas mujeres siguen sufriendo sin duda, muchas aún son víctimas de la misma sociedad, pero… ¿qué hacemos?
Nos estancamos o avanzamos…
Yo prefiero avanzar, transmitir y educar valores a través del ejemplo y no del odio o rencor a las nuevas generaciones.
Desde el lugar en el que me encuentre, sé que hago y haré la diferencia, procuro y procuraré allanar el camino para que el mundo sea más justo, pretendo y pretenderé siempre, inculcar en los niños los valores más sublimes para que muy pronto el hombre y la mujer | la mujer y el hombre se respeten así mismos y entre ellos.
No, no somos débiles, ¡somos mujeres!
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