Precedencia… Cortesía vs. Igualdad

En distintos escenarios se habla de la paridad e igualdad de género, hay quienes exponen y defienden sus argumentos de manera moderada, algunos simplemente se hacen los de la vista gorda, mientras que otros lo hacen con bastante pasión y vehemencia, incluso reflejando un ánimo revanchista como si los varones de hoy tuvieran incrustado el chip del siglo pasado.

Es que no está bien generalizar, seguramente aún hay varones que viven la época en la que la mujer no tenía voz ni voto en las decisiones de la casa y mucho menos fuera de ella… pero eso es parte de la historia por lo menos en nuestra sociedad, aunque muy a pesar nuestro hay algunas donde la mujer es menos que un objeto y que no tiene ningún derecho… tema tan delicado como triste que en estos días vemos de palco impotentes de poder hacer algo… Sin embargo hay varones que hoy en día realizan tareas de la casa tanto o más que las mujeres y que para ellos la palabra machismo es sólo eso… una palabra.

Es por esta razón que no debemos generalizar y poner a todos en la misma cesta, ningún extremo jamás será bueno y mucho menos enfrentándonos a todo el mundo, lo único que hacemos es mostrar un complejo que no tiene razón de ser, y es que evidentemente ya estamos en el siglo XXI, ahora la mujer se caracteriza por ser exitosa en todos los ámbitos, no hay lugar donde la mujer no se destaque, como mujer (valga la redundancia) y/o profesional.

Hemos ganado muchos espacios y lo seguimos haciendo día a día, pero no hemos dejado de ser femeninas en ningún momento y como tales aún valoramos la cortesía y la caballerosidad.

Está claro que cada una de nosotras tiene la capacidad física y mental de abrir la puerta por donde vamos a pasar, también tenemos la capacidad de servirnos una bebida nosotras mismas, evidentemente no es necesario que un varón lo haga por nosotras, gracias a Dios tenemos todas las facultades físicas y mentales para desenvolvernos solas.

Sin embargo, el hecho de que seamos capaces e independientes, no nos da derecho a menospreciar al sexo opuesto, mucho menos cuando vemos que la educación que transmite a través de su caballerosidad, con actos gentiles como abrirnos una puerta, cedernos el paso, recorrer la silla para que nos sentemos entre tantas otros cosas.

Definitivamente los tiempos han cambiado, pero la cordialidad y el respeto no tienen por qué seguir el mismo camino, es parte de nuestra educación.

Para mí, la mujer y el hombre no son iguales, así de sencillo, la mujer es mujer y el hombre es hombre, lo que si tenemos en común son nuestros derechos, “La mujer y el hombre tienen exactamente los mismos derechos y obligaciones” dentro y fuera del hogar.

Insisto una y mil veces en que debemos avanzar y debemos sumar en lugar de restar, por supuesto tenemos que cuidar y exigir que los derechos del hombre y de la mujer sean respetados de la misma forma.

Es cómico tener que pensar en cuál es la manera correcta de escribir para no herir sensibilidades, me está pasando en este momento… si escribo “hombre y mujer” o “mujer y hombre” ¿Cuál es correcto? Todo tiene su momento y su lugar, tampoco es cuestión de cambiar la letra “o” por la “a” para que las palabras se vuelvan femeninas… no es ahí donde se debe buscar y defender la igualdad de derechos.

Si hablamos del orden de precedencias, tenemos que saber distinguir cuando el protocolo es institucional donde se debe seguir el orden de precedencias y un evento privado donde podemos ser flexibles pero siempre utilizando el sentido común, es decir: en el primer caso no por ser mujer tendrá un lugar privilegiado.

No es lo mismo ser anfitrión en una cena familiar o con amigos, donde la precedencia podemos manejarla con flexibilidad y de acuerdo a distintos criterios del momento. Por ejemplo si tenemos a una persona mayor, seguramente vamos ubicarla en un lugar de honor junto a los anfitriones o en la cabecera de la mesa (si es una mesa estilo inglés), o si es un cumpleaños también cederemos la cabecera independientemente de la edad y/o sexo, podremos ubicar a los invitados por afinidad, sexo, etc. es decir el tema de precedencias puede no ser importante al tratarse de una reunión informal y de mucha confianza, empero si se trata de una cena diplomática se requiere necesariamente respetar el orden de precedencia, dado que hay autoridades y jerarquías que se deben respetar, sin olvidar que el protocolo también es flexible y puede adaptarse.





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