Construir y avanzar, no es lo mismo que ir hacia atrás…

Uno de los idiomas más hablados en el mundo es el español. Además de España, es el idioma oficial en toda América Latina exceptuando Brasil y Guyana. Incluso podemos decir que ocupa un lugar bastante importante en Estados Unidos siendo que su idioma oficial es el inglés, esto se debe principalmente a la cantidad de personas de origen latino que por alguna razón vive ahí, al margen del status del que puedan gozar. Es hablado especialmente en California, Texas, Nuevo México y Arizona. Como dato adicional, sabemos que en Miami viven muchos latinos y la comunidad cubana es mayoritaria lo que hace que el idioma que predomina sea el español.

La pronunciación varía de acuerdo a la región, por ejemplo el acento cubano es muy distinto al Paraguayo o bien el mexicano con el chileno, y así podemos seguir haciendo comparaciones entre uno y otro país, sin embargo todos son respetables, con sus modismos y formas propias de cada lugar.

El español es uno de los idiomas más ricos, tenemos a disposición muchas palabras que pueden tener un mismo significado, es fácil darnos cuenta de ello al redactar una carta donde podemos expresar de manera muy amable muchas cosas e incluso podemos darle cierta temperatura a lo expresado si es que vale el termino, a diferencia del inglés que es más puntual y directo cuando se desea enviar o expresar un mensaje.

Es un idioma rico en expresiones y cuenta con reglas gramaticales que lamentablemente se están deformando de manera arbitraria.

Podemos escuchar con bastante frecuencia el uso incorrecto y la deformación del lenguaje (por no decir otra cosa), en distintos escenarios amparados en la famosa ya desgastada inclusión del lenguaje o lenguaje inclusivo que resulta totalmente innecesario puesto que evidentemente está contemplado a través de sus distintas reglas gramaticales.

Con pena y asombro se escucha con exagerada frecuencia, redundantes expresiones mal expresadas a personajes públicos, políticos incluso a dignatarios de estado que en el intento de llegar a más ciudadanos desean mostrarse inclusivos y caen en el grave error de mutilar nuestro idioma.

Hace algún tiempo atrás, sufrí una decepción muy grande al escuchar a un conocido personaje, muy respetado por cierto, expresarse ignorando una regla fundamental del lenguaje y lo hace no con frecuencia, sino siempre que se dirige a los ciudadanos ya sea de manera oral o escrita.

No es mi intención usurpar la función de un versado en la ciencia del lenguaje que viene a ser un lingüista, lo que escribo simplemente es algo elemental que todos debemos conocer.

Estos son algunos de los errores (horrores) más escuchados y leídos en estos nuevos tiempos de inclusión:

El plural masculino incluye ambos géneros gramaticales por lo que cuando nos dirigimos a una audiencia no es necesario y mucho menos correcto decir por ejemplo; bolivianos y bolivianas, hermanos y hermanas o niños y niñas. De un tiempo a esta parte esto se escucha constantemente, parecería que lo que se pretende es que el uso reiterado de esta forma incorrecta de expresarse, haga que por arte de magia se convierta en correcto… el único caso en el que podemos hacer una distinción entre masculino y femenino es cuando se trata de dos palabras que son diferentes como por ejemplo; Damas y Caballeros, hombres y mujeres.

Podemos mencionar algunas personas que son más intrépidas aun y que con total seguridad dicen presidente o presidenta, gerente o gerenta, cuando desean ser incluyentes y hacer una distinción en el género… sin embargo en español existe lo que se llaman principios activos como derivados verbales, por ejemplo el participio activo del verbo “cantar” es cantante, del verbo “existir” es existente pero el participio activo del verbo “ser” es “ente”, el que es, es el ente… ósea, quiere decir que tiene entidad por ello cuando se nombra a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa un verbo, simplemente se le agrega la terminación ente, por esta razón a la persona que preside la llamamos presidente y no presidenta, a la persona que tiene a su cargo una gerencia se le dice gerente y no gerenta, a un cantante no se le dice cantanta o a un estudiante; estudianta, independientemente del género, y así podemos seguir nombrando muchos ejemplos como adolecente, independiente, etc.

En redes sociales sucede lo mismo… inventos de una época “moderna e inclusiva”, cuando nos comunicamos con alguien o simplemente queremos dejar una publicación o mensaje por Whatsapp, y deseamos hacer referencia tanto a hombres como mujeres a la vez, en lugar de escribir simplemente “Queridos amigos” (texto que obviamente ya incluye ambos sexos), escribimos “Querid@s amig@s” remplazando la letra “a” o la letra “o” respectivamente por el símbolo de la arroba (@), utilizándolo como un comodín, seguramente para evitar la fatiga en el momento en el que deseamos expresar ambos géneros.

Otra ocurrente manera que también se ve con bastante frecuencia es el uso de la “x” haciendo referencia inclusive a un tercer género, o la letra “e” pretendiendo poco a poco incluir nuevas reglas gramaticales…

Es bueno y necesario aclarar que lo que escribo no es una crítica ni va en contra de ningún grupo o sector que tenga una preferencia diferente, ese es otro tema y vale la oportunidad para mencionar que eso no es algo que a mí me quite el sueño, cuando entendamos que hay otra manera de ver las cosas distinta a la nuestra, entenderemos el verdadero significado de las palabras respeto y la tolerancia, pero definitivamente voy contra el mal uso de la lengua española. Si deseamos realmente ser inclusivos, aprendamos braille o lenguaje de señas, porque deformando y destruyendo la gramática de un idioma tan exquisito como el nuestro, retrocedemos en lugar de avanzar.


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