Del barro a la porcelana…
Eran de barro, en la actualidad son fabricadas con materiales nobles como loza, cerámica y por supuesto la más destacada entre todas; la porcelana.
La vajilla es un conjunto de platos, tasas, fuentes y otros recipientes para el servicio de mesa. Las hay de diseños y colores variados, también distintas calidades.
Su origen etimológico viene del vocablo latino “Vascélla”, y se la conoce como utensilios que sirven para portar los alimentos que se consumirán.
Las primeras evidencias de la fabricación de la porcelana fue durante la dinastía Han (206 a.c. -200 d.c.). El secreto de la fórmula para obtener la porcelana, se mantuvo herméticamente guardada por lo que se la llegó a conocer como el “oro blanco”, sin embargo, trasmitieron los secretos de la química y el arte de esculpir a los japoneses, quienes por supuesto pusieron su peculiar sello de fabricación decorando su porcelana con dibujos de conchas de mar y de pájaros, lo cual facilito su identificación de los demás fabricantes.
Con el pasar del tiempo, la fabricación de las vajillas se fue extendiendo por distintos países y entre las fábricas más conocidas actualmente, podemos mencionar a las siguientes:
· Bavaria, Haschentreuter, Rosenthal, Meissen (Alemania)
· Limoges, Sevres (Francia)
· Karlovy Vary (República Checa)
· Spode, Royal Doulton, Wedwood (Inglaterra)
· Noritake (Japón)
· Buen Retiro (España)
· Herend (Hungría)
· Lenox, Havilland (Estados Unidos)
Es bueno mencionar que cada fabricante pone un sello que permite que su producto se distinga de los demás. Se trata de un sello distintivo ubicado en el reverso de cada pieza que forma parte del juego de vajilla, por lo que resulta muy fácil identificar la fábrica de origen y su procedencia.
Las vajillas cuentan con piezas calculadas para 12 personas además de los accesorios que la acompañan, sin embargo existen casos en los cuales el requerimiento del número de piezas es mayor, en este caso, se puede realizar la compra directamente a la fábrica de preferencia, indicando el diseño, color y la cantidad requerida. Este requerimiento se da generalmente en ámbitos oficiales, vale decir para una vajilla presidencial o bien para embajadas donde se supone que los almuerzos y cenas son bastante frecuentes. Las vajillas presidenciales por ejemplo, tienen un diseño propio y exclusivo.
Por mucho tiempo, la Fábrica Karlovy Vary ubicada en Praga, fue la encargada de la fabricación de nuestra vajilla presidencial, tanto en platos, tasas, accesorios (Porcelana) así como también en las distintas copas (cristalería).
Cada pieza esta cuidadosamente diseñada, con una combinación de elegantes tonos y colores, cada pieza tiene grabada en su superficie el escudo nacional, que hace que la vajilla en sí, sea única en su género y se distinga cada vez que es utilizada, evidentemente muchos gobiernos de distintos países hacen lo propio.
Es todo un privilegio ver la producción de esta fábrica y sobre todo apreciar la exposición (muestra) de todas las vajillas que fueron encargadas por nuestros gobiernos a lo largo de muchas décadas. Está situada en Praga, antes llamada capital del Reino de Bohemia (Ex República de Checoslovaquia).
También son requeridas por cadenas hoteleras y grandes empresas que necesitan una cantidad importante para satisfacer a todos sus huéspedes y clientes respectivamente, pues saben que cuidar la imagen de su empresa es vital.
Actualmente, la compra de estas vajillas puede ser realizada a través de las tiendas instaladas por todo el mundo siempre y cuando sean representantes exclusivos y autorizados de la firma y que por supuesto tengan los permisos necesarios para operar, pues son ellos mismos los encargados de realizar el pedido, respetando lo pactado con el comprador y otorgar la garantía necesaria.
Es bueno mencionar que existen muchas otras fábricas que también producen vajillas con hermosos diseños y colores variados y que tienen precios mucho más accesibles, en realidad hay una amplia gama de marcas y diseños así como precios, y se los puede encontrar incluso en supermercados, de cualquier manera lo importante es disfrutar en nuestra mesa una vajilla completa y bien cuidada donde el buen gusto en el montaje de la mesa sea agradable a la vista.
El placer de comer, se inicia con el espectáculo de una mesa puesta con estilo, lo que no quiere decir que la vajilla deba ser cara y de porcelana, con una vajilla de loza o cerámica, buen gusto en el montaje y cuidando que no existan platos o tasas sucias o desportilladas, tenemos suficiente para disfrutar una estupenda comida.
Elegante no es necesariamente lo caro, muchas veces la elegancia esta en lo más simple y sobrio.
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