Cómico para algunos... Solo para algunos
Celebrar un año más de vida es algo que muchos esperamos, y no precisamente porque nos encante modificar el dígito, que dicho sea de paso siempre va en ascenso, sino porque disfrutamos organizar y festejar nuestro cumpleaños con las personas más importantes de nuestro entorno.
Como todo en la vida, hay excepciones pues no todos sienten lo mismo, hay quienes prefieren pasar desapercibidos y me animo a decir que incluso les incomoda ese día, pero esa es otra historia… Las costumbres son variadas, y no me refiero a las costumbres que existen en distintas regiones y/o países, sino a las familiares. Lo cierto es que para organizar un cumpleaños, muchos invierten no solo dinero, sino su valioso tiempo, y sobre todo su mejor esfuerzo, cuidando hasta el más mínimo detalle… ¡Nada puede faltar!
En sus distintos géneros y de acuerdo al gusto del anfitrión la música es importante, muchos prefieren ritmos bastante movidos y otros, algo más discreto…
Bebidas, por supuesto sin alcohol cuando hay niños y para comer; tapas, botanas, bocaditos, canapés, piqueos, tabla de quesos y charcutería o como prefieran llamarle, incluso la tradicional salteña (empanada de origen boliviano, jugosa, rellena de carne y/o pollo), especialmente si lo hacemos en la mañana, por supuesto también hay quienes prefieren pizzas, hot dogs, hamburguesas, sin embargo la opción más formal pero igual de importante es un almuerzo o cena.
En cualquier caso, hay mucho empeño y esmero de quien organiza, distintas opciones y majares para ofrecer, pero lo que definitivamente no puede faltar es la torta de cumpleaños, independientemente de que el festejo sea para un adulto o para un(a) niño(a). Por cierto, los niños esperan el día de la fiesta con mucha expectativa para compartir y sienten de alguna manera que toda la atención está en ellos…
Sin embargo, hay tradiciones y costumbres que definitivamente son desagradables… Apenas se termina de interpretar la típica canción de cumpleaños, se escucha el estribillo: ¡Que muerda, que muerda, que muerda!, ¿Pero qué creen? No hay costumbre más antihigiénica como desagradable que se practique alrededor de algo que todos vamos a consumir… ¿alguna vez lo analizaron?
Pero antes de referirnos a ello, es importante pensar en el esfuerzo y dedicación que los anfitriones hacen para organizar un evento, la ornamentación (temática la mayoría de las veces), la torta o pastel generalmente encargada a una pastelería si es que no es hecha en casa, donde hay un ingrediente muy particular, y es el amor con el que se la hizo para agasajar a una persona especial. Y de repente se escucha ¡Qué muerda la torta, que muerda la torta! Estoy segura que a la persona que preparo la torta, no se le ocurrió ni por un solo instante, que más tarde su esfuerzo y dedicación quedaría estampada en la cara del cumpleañero y no sé si peor, en el piso…
Pero también debemos referirnos a la higiene, sobre todo ahora que estamos batallando contra una pandemia que por cierto aún no hemos superado. De que nos sirve llevar un cubre bocas o barbijo de 5 capas, si vamos a compartir un alimento que prácticamente estuvo en la boca de otra persona… solo medítenlo, no es necesario que les explique cómo va la cosa ¿Verdad?
Por si fuera poco, además de ser una costumbre desagradable y nada higiénica, es peligrosa, especialmente para los niños ya que algunos profesionales y expertos en pastelería, con la intención de sostener la masa de una torta que tiene un diseño especial, incluyen palillos en el interior, que independientemente de que sean de madera o platico son sumamente peligrosos, la escena no es difícil de imaginar si por desventura empujan al niño hacia la torta después de cantar…
Lejos de ser gracioso (para algunos), y empujar la cabeza hacia la torta con la intensión de verla llena de crema y dependiendo de la intensidad del empujón y la fuerza, es muy probable que las fosas nasales se vean superadas por la crema u otro componente, esto puede ocasionar una asfixia. En los niños es muy complicado y es un riesgo que podemos evitar.
Por otra parte, es posible que el cumpleañero este saludable, por lo menos así lo esperamos, pero en realidad no sabemos si estamos expuestos a un contagio innecesario por alguna infección, o simplemente un resfrió para ser menos trágica.
Aunque nunca no lo hayamos considerado, este mismo riesgo ocurre el momento de soplar las velas pues es suficiente una exhalación para transmitir bacterias a través del aire, entonces por lógica puede pasar con mayor razón cuando hay contacto directo de la boca con la comida.
Reconsideremos la mala costumbre de morder o hacer morder la torta de cumpleaños, puede ser muy divertido para muchos pero estoy segura que puede haber la misma o más diversión aún si excluimos esta mala práctica que por cierto de etiqueta no tienen nada… etiqueta CERO.
En Bolivia estamos a dos días de celebrar el Día de la Madre, lo hacemos cada 27 de mayo, muchos tenemos la costumbre de incluir en el agasajo una torta a la hora del té, pero tranquilas… hasta donde sé, esta mala práctica solo es realizada en fiestas de cumpleaños después de cantar, así que disfruten sin temor si hay una torta en casa. ¡Feliz día mamás!
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