No te arriesgues… ¡Asegura tu próxima invitación!

A quién no le gusta recibir una invitación. ¿Quién no se ha sentido halagado alguna vez al recibir una? Escrita o verbal, todo dependerá del grado de confianza que exista, y por supuesto de la formalidad del evento, ya que puede ser a una cena entre amigos, una cena familiar, incluso una cena con colegas de la oficina o bien una cena formal y/o de negocios o para un evento diplomático por ejemplo… ocasiones y razones hay muchas.

Sin embargo, es bueno estar conscientes que si recibimos una invitación, es porque de alguna manera ocupamos un lugar privilegiado para el anfitrión, ya sea por aprecio personal o simplemente por afinidad y/o conveniencia (en el buen sentido por supuesto), cosa que debe llenarnos de satisfacción, es posible que seamos familiares, amigos, incluso colegas de trabajo o simplemente porque nuestra posición laboral o profesional es del interés del anfitrión, normal y común en el ámbito de los negocios.

Lo cierto es que debemos considerar algunos detalles sumamente importantes para acudir a la invitación.

- Cuando nos invitan, lo primero que debemos hacer es confirmar nuestra asistencia. Este punto es sumamente importante porque si nos están invitando a una cena o almuerzo, con seguridad que el anfitrión necesitará saber quiénes asisten y quienes no, para prever y considerar los espacios de cada uno de los invitados que confirmaron su asistencia y en función a ello montar la mesa.

En ocasiones, cuando los anfitriones organizan una cena o almuerzo, contratan los servicios de una empresa de catering y por obvias razones, el anfitrión debe tener la certeza del número de invitados que confirmaron su asistencia.

También hay la posibilidad de que la cena y/o almuerzo sea en un restaurante, con mayor razón es importante saber el número de invitados confirmados.

En un ámbito más formal, en la parte inferior de la invitación encontramos la sigla RSVP (Répondez s´il vous plaît) que significa “Responda por favor”, junto al número de contacto para realizar la confirmación. Actualmente también se puede encontrar la sigla en español: S.R.C. que significa, “Se ruega contestación / Se ruega confirmación”.

- Es un bonito detalle no asistir a la invitación con las manos vacías, pero ¿Qué es lo más adecuado?

Usualmente los varones tienen la costumbre de llevar un buen vino, pero es necesario considerar que el anfitrión es quien ha elegido el menú de la comida y por lo tanto ya ha previsto el vino adecuado.

Hay damas que tienen el detalle de llegar también con un vino, pero si me preguntan si es correcto o no, o si se ve bien, creo que mi respuesta la saben… y no es que quiera ir en contra de la corriente de la mujer empoderada y autosuficiente que por cierto me encanta, simplemente “a mí” no me parece pues la naturaleza de la mujer es ser femenina y delicada… Ya estoy escuchando una que otra expresión de inconformidad pero es tema para otro espacio.

Dependiendo del grado de confianza, podemos incluso preguntar qué sería bueno llevar, tal vez el postre, incluso el mismo vino, pero repito, en un ámbito de confianza pues para una invitación formal, esta buena intensión esta demás.

No es mala idea hacer llegar el detalle elegido, la mañana previa a la invitación, puede resultar mucho más conveniente. Si optáramos por un bonito bouquet y la invitación es en un restaurante, puede no resultar muy cómodo para el anfitrión… sentido común.

- La puntualidad es vital, si llegamos tarde a la invitación, alteramos todo lo planificado por el anfitrión, además no sería nada interesante llegar cuando todos ya están en la mesa, y si cuando llegamos, todos los comensales ya están en el postre, no pretendas que te sirvan todo el menú, de hecho ya lo perdiste, el anfitrión directamente te servirá o hará que te sirvan el postre como a los demás… sin duda una experiencia vergonzosa ¿verdad? Así que mejor calcula bien tus tiempos y fíjate si el tráfico vehicular te permitirá llegar puntualmente.

- No podemos llegar con “nuestro invitado”, es decir no es correcto acudir a la invitación con una persona que no fue invitada, esto pondría en una situación difícil e incómoda al anfitrión ya que los puestos en la mesa ya fueron colocados de acuerdo a una cantidad prevista con anterioridad así como también la cantidad de alimentos, en todo caso si realmente se trata de una situación especial, por ejemplo que justo haya llegado un amigo o familiar del exterior y este hospedado en nuestra casa y realmente no podamos dejarlo solo, lo correcto será que a tiempo de la confirmación de la asistencia, le expliquemos al anfitrión la situación y nos excusemos, es muy posible que el anfitrión nos diga que no hay ningún inconveniente para acudir a la invitación con nuestro huésped.

- No es correcto tomar asiento de manera arbitraria, debemos esperar que sea el anfitrión quien nos indique cual es el lugar que nos corresponde. Cuando son muchos invitados o cuando se trata de una invitación a una cena o almuerzo formal, seguramente encontraremos las tarjetas de ubicación en cada puesto, de esta manera también sabremos nuestra ubicación.

- Hay un lenguaje mudo para dejarnos guiar por el anfitrión, no se trata de sentarnos y empezar a comer todo lo que encontremos a nuestro paso sin la señal previa del anfitrión. El momento que el anfitrión desdoble la servilleta y la coloque en su regazo, da por iniciada la comida, es el momento en el que todos pueden proceder de la misma manera con la servilleta y empezar a comer.

- Respetemos los tiempos, no comamos tan rápido como si fuera la última vez o tan lento como si tuviéramos todo el tiempo del mundo, recuerda que mientras no terminen de comer todos, el siguiente plato no será servido.

- No tratemos de comunicarnos con el llamado “lenguaje de los cubiertos” y sus mil significados… no todo lo que está en el internet es cierto ni correcto, solo existen dos posiciones para dejar los cubiertos; cuando hacemos una pausa entre bocado y bocado o cuando nos ausentamos temporalmente de la mesa y cuando terminamos de comer, ambas con sus dos variantes, pero de posiciones que digan que me gustó, o no me gustó, estaba frío, crudo, feo o no sé cuántos inventos… ¡NADA!

No olvidemos que si nos gustó la comida, el momento para elogiar al anfitrión, no es en la mesa delante de todos, lo correcto es hacerlo después y en privado y sobre todo sin necesidad de dejar señales con los cubiertos… Eso no existe.

- Si la invitación es en un restaurante, y ves que el anfitrión es espléndido con la invitación, no exageres, no te pongas a pedir todo lo que hay en el menú aprovechando que es el anfitrión quien pagará… que desagradable sensación saber que pueda haber un invitado con esa característica… no abuses de la generosidad del anfitrión.

- Si algo no te gusto, guárdatelo… si la mesa te pareció alta, la silla incomoda, el lugar frío o lo que tú quieras, guárdatelo, no sería adecuado hacer críticas negativas, más aun cuando tuvieron la gentileza de invitarte... no arriesgues tu próxima invitación!

- Una de las cosas más importantes en la vida es saber ser agradecido, es muy conveniente y valioso dar las gracias al anfitrión, independientemente que la invitación haya sido en casa o en un restaurante, nunca esta demás un poco de cortesía, también puedes llamar al día siguiente para agradecer y decir lo bien que la pasaste o lo mucho que disfrutaste, por supuesto cuando hay mucha confianza, incluso un Whatsapp es perfecto.

Si fue una cena formal, las gracias se las da cuando nos retiramos.

¡Disfruta, pero asegura tu próxima invitación!



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