No más cercanos, sino menos respetuosos…
Muchas veces podemos pecar de irrespetuosos, es muy habitual en los jóvenes y niños pero para los últimos puede pasar desapercibido o por lo menos no se le da mucha importancia precisamente porque se entiende que están en pleno crecimiento y se están formando, aunque no es de sorprenderse encontrar niños que se desenvuelven correctamente, punto alto para sus padres.
Antes de continuar, es muy necesario para mí hacer la siguiente aclaración, y es probable que lo haga con bastante frecuencia dado que de manera exagerada veo la lamentable deconstrucción de nuestro idioma, y no es que me sienta una lingüista ni mucho menos, pero hay reglas básicas que todos hemos aprendido en primaria, sin embargo hay corrientes que en el afán de buscar la equidad de género, intentan afectar su estructura. Al ser tan habitual esta mala práctica, parecería empezar a expandirse y cobrar espacios, incluso tener cierta legitimidad pues la costumbre puede jugarnos una mala pasada.
Cuando escribo la palabra “niños”, me refiero a ambos (niños y niñas) y no es que este excluyendo a las niñas o peor aún darles menor importancia, o cuando escribo “padres” no me refiero únicamente a los caballeros sino al papá y mamá en su conjunto.
Gracias a la riqueza de nuestro idioma, veo innecesario (sino absurdo) tener que escribir “niños y niñas” o “papá y mamá” pues me parece inútil tener que especificar lo que gramaticalmente ya está hecho… sería como decir “Buenas tardes a todos y a todas” que no es lo mismo que decir “Damas y caballeros, buenas tardes”
Les ha pasado alguna vez, que cuando les presentan a una persona se preguntan… y ahora qué hago ¿Lo tuteo?
Los tiempos cambian indefectiblemente, pero el comportamiento social y las reglas de urbanidad no son una moda, aunque esta pueda constituir determinadas costumbres no podemos decir que sean buenas o malas, como su nombre lo dice, simplemente son costumbres, pero lo que debe quedar claro es que la etiqueta, los buenos modales y maneras, el comportamiento social y la urbanidad son el reflejo de nuestra buena educación y no por una moda vamos a perder lo aprendido y cuando digo moda me refiero a las nuevas generaciones que sin atavismos imponen “simplificados” y nuevos comportamientos que no siempre serán los correctos.
Normalmente tuteamos (hablamos de tú a tú) a las personas con las que tenemos mayor confianza; familiares, amigos, incluso colegas. En un ámbito más formal cuando se tiene la misma jerarquía, importancia y consideración, aunque para muchos este último ejemplo pueda constituirse en un tema de discriminación… Tal vez no deberíamos ser tan apasionados por no decir radicales y fijar nuestra atención en algo que simplemente se refiere a la educación y el respeto por los demás.
Cuando nos presentan a alguien, no podemos tutearlo de buenas a primeras, en estos casos lo mejor que podemos hacer es utilizar el tratamiento de usted hasta que la otra persona indique o nos pida lo contrario.
El tuteo es un tratamiento de confianza que conviene no hacerlo por lo menos en un primer momento ya que puede traducirse como una falta de respeto y exceso de confianza, falta de consideración y cortesía además de demostrar poco sentido común, especialmente cuando nos están presentando a una persona mayor que nosotros o bien alguna autoridad con jerarquía o rango superior al nuestro si hablamos de un tema oficial.
Director de Protocolo: Señor Embajador, le presento al Primer Secretario de la Embajada de la República Federativa de Brasil, Señor João Melho Gonçalves.
Embajador: Mucho gusto Señor Primer Secretario
Primer Secretario: Hola como estás (¿?¿?)
Se tutea cuando la persona de mayor precedencia lo pide o da su consentimiento de manera explícita, es decir que desea tener un trato más cercano. Como se puede apreciar en el ejemplo del dialogo anterior, el Primer Secretario evidentemente carece de sentido común.
El tuteo no nos hace más cercanos o de mayor confianza, sino menos respetuosos y considerados.
En algunas regiones y países, se utiliza el usteo (hablamos de usted) de manera habitual, inclusive dentro de una familia se ustea a los padres, entre esposos y a los hijos, es evidentemente un tema de respeto y costumbre.
El usteo no es una expresión de distanciamiento sino de respeto y cortesía, aunque está claro que hay muchas personas que desean ser usteadas para “mal” marcar distancia por alguna razón, tema distinto al que tratamos hoy.
Estoy segura que en algún momento de nuestra vida, a todos nos han tuteado de buenas a primeras, lo que seguramente ha sido extremadamente incomodo (más para unos que otros), hemos sentido exceso de confianza de un desconocido o tal vez un subalterno y puede ser que en el futuro nos siga sucediendo, pero definitivamente no hay razón alguna para encaminar a la persona exigiendo que nos trate de usted y mostrando nuestra molestia, eso únicamente provocaría poner incomoda a la persona y tal vez lastimar su auto estima… nuestra sencillez es nuestra mayor fortaleza.
Mientras más sencillos seamos, más apreciados seremos, y el respeto simplemente lo ganaremos por consecuencia.
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