Empatía y desarrollo personal… Nuestros niños

Ignorar lo que sucede en Europa del Este sería como pretender vivir en un mundo paralelo, sin embargo no es mi intensión referirme específicamente al origen del conflicto o si es justo o injusto, lo que no significa que no tenga una apreciación personal al igual que ustedes.

Lo que me provoca escribir en esta oportunidad, tiene que ver con nuestros niños y la manera de cómo está influyendo en ellos todo lo que está ocurriendo.

¿Cómo lo estamos manejando como padres?

Es fácil para ellos asimilar que después de haber estado a merced del COVID-19 y todas sus variables ahora deben empezar a retomar la normalidad en sus actividades mientras se inicia una guerra al otro lado del hemisferio?

Sin duda es un peso silencioso el que llevan tras la espalda, pues quien no visto o escuchado todo lo que se transmite en los noticieros de radio y televisión que dicho sea de paso ya no existe el horario de protección al menor.

Pero no se trata de tapar el sol con un dedo, sino más bien de saber encarar la situación o más bien “manejar la situación”.

A mi modesto modo de ver las cosas, ocultar las cosas no es saludable, no está bien educar a nuestros hijos en una burbuja de aire y que el rato menos pensado explote, y en su interior encontremos un niño indefenso y sin la preparación suficiente como para afrontar la realidad.

No se trata de hablar abiertamente de cosas que hasta pueden ser incomprensibles por la edad y peor aún confundirlos, sin embargo hay que hallar el modo de hacerlo y esto es más sencillo si hemos trabajado en su confianza desde sus primeros años, por otra parte, ampliar su conciencia social le permite comprender mejor como funciona su entorno social, como funciona la comunidad en la que vive y aprende a valorar lo mucho o poco que tiene.

Una vez que los niños tienen la facultad de apreciar la necesidad de los demás, tienen una conciencia social mucho más amplia de lo que otros niños a la misma edad experimentan, algunos tienen la imperiosa necesidad de trabajar para comer, no es difícil, aunque sí muy lamentable, encontrar niños a la mitad de la calle vendiendo dulces o haciendo malabarismos para ganar unos centavos que servirán para sostener a su familia. Vemos con mucha frecuencia extranjeros que por una u otra razón tuvieron que dejar su país en busca de mejores oportunidades, ahora familias enteras están en la calle.

Al ampliar su conciencia social, el niño(a) se vuelve más generoso, mas empático y valora lo que tiene y lo cuida y en el mejor de los casos lo comparte.

¿Cómo podemos influir en ellos de manera positiva?

· Siendo siempre agradecidos, entre esposos, hermanos, amigos, con el personal de servicio, con el personal de mantenimiento, con los empleados o funcionarios de bancos, tiendas, restaurantes, conductores de taxis, albañiles y con absolutamente todos sin excepción. Dar las gracias debería llenarnos de satisfacción.

· Enfoquemos nuestra atención en todas las cosas positivas que hagan nuestros hijos, mostrémosles cuan orgullosos estamos cuando tratan bien a alguien, cuando dicen gracias, cuando piden por favor, cuando se muestran solidarios, celebremos esas actitudes y alabemos todas las actitudes positivas que tengan, evitemos hacer críticas de las cosas negativas que eventualmente pudieran surgir.

· Ponernos en el lugar del otro es muy importante, la empatía es necesaria para saber si la otra persona la está pasando bien, es bueno enseñarles a darse cuenta de los sentimientos de los demás.

· Escuchemos a nuestros hijos sin juzgar, hablemos de lo sucedido, no es saludable pasar la hoja sin antes ver qué fue lo que sucedió.

· Nunca descalifiquemos a nuestros hijos cuando haya una conducta que desaprobemos, si estamos enfadados es mejor calmarnos y esperar para conversar, de esta manera no diremos algo que pueda herir a quien más amamos, pero es muy importante decir que es lo que te molestó pero nunca debemos avergonzarlos y mucho menos frente a los demás.

Enseñar a los niños a entender las emociones de otras personas es imprescindible, pues vivimos en sociedad y siempre interactuaremos con otras personas y con sus sentimientos. Fomentar la empatía en los niños permite que su desarrollo personal se fortalezca y por supuesto esto favorecerá a su autoestima.



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