Señor Cerruto...Una vida, una historia.

Un día como hoy, del año 1912 , nuestra bella ciudad fue testigo del nacimiento de uno de los hombres más notables y reconocidos de la historia contemporánea de Bolivia.

Su padre Andrés Cerruto Durand, de nacionalidad boliviana y su madre Lelia Maggie Collier de nacionalidad inglesa. Fue el tercero de ocho hermanos.

A muy temprana edad demostró su pasión por las letras, en su educación, tuvo la influencia de su madre, quien supo enseñarle a leer incluso antes de ingresar al colegio. También le proporcionó lecturas de autores europeos que sin duda, más tarde serían determinantes en su formación.

A los 14 años se inicia en el periodismo en el diario “La Verdad”, más adelante ingresa a la Universidad Mayor de San Andrés para estudiar derecho, tiempo después abandona la carrera desmotivado por la calidad profesional de los llamados intelectuales según sus palabras, es así posteriormente inicia la carrera de periodismo.

Posteriormente trabaja en el diario La Razón de La Paz, como corrector de pruebas y es así que tiene la oportunidad de publicar artículos y poemas en los diarios La Razón y El Diario.

En el año 1931 trabaja como auxiliar en el Consulado de Bolivia en la ciudad de Arica, Chile, algunos meses después se prepara para unirse a las filas que pronto lo llevarían hasta los campos de batalla en la Guerra del Chaco.

Listo y presto para cumplir con el sagrado deber patriótico, y casi a punto de partir, es interrumpida su intensión por el llamado del entonces Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia para presentarse y cumplir funciones nuevamente en el Consulado de Bolivia en Arica, pero esta vez como Cónsul.

Notables de la época hicieron comprender a la joven promesa literaria, que la misión encomendada, también era una manera de cumplir con la patria, pues no solo se cumple desde el campo de batalla, sino donde se es más útil, y su innegable aptitud y cualidad intelectual, no solo era reconocida desde su corta edad, sino que también ya resultaba necesaria, más aun si consideramos que en la época, Arica se constituía en un puerto estratégico para la nación, y es así que con un sentimiento patriótico, cumpliendo su nueva misión y motivado por el triste y duro acontecer bélico frente a Paraguay, escribe su obra intitulada “Aluvión de Fuego”, inspiración de 212 páginas, impresa y publicada en Chile el año 1935. Posteriormente es elegida como una de las 10 mejores novelas de Bolivia de todos los tiempos.

Podría seguir nombrando cada una de sus obras como “Cifra de las rosas y siete cantares” (1957) que fue el primer libro de poesías en el que me resulta muy difícil no mencionar a la primera de ellas que fue dedicada a su querida y única hija; Madeleine, quien nos dejó hace algunos días atrás…

“Cantares”, es otro poema que nos recuerda el enclaustramiento que sufrimos; Mi patria tiene montañas… no mar…

Y como no mencionar “Cerco de Penumbras” (1958) cuya última edición fue publicada en el año 2019 donde tuve el privilegio de acudir a la presentación del libro, atendiendo el llamado de Madeleine para representarla.

Su actividad diplomática no deja de ser interesante, donde la última misión como Embajador de Bolivia fue en la República Oriental del Uruguay, también fundador y Director de la Academia Diplomática de Bolivia a quien hasta hoy se lo recuerda con mucho cariño y respeto, y es así que su vida profesional como poeta, novelista, cuentista, periodista y diplomático boliviano mereció premios y distinciones no solo a nivel nacional, sino también internacional, es así que fue nombrado Miembro de Número de la Real Academia de la Lengua Española.

El último cargo desempeñado en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia fue como Subsecretario de Culto.

Resulta muy difícil referirme en unas cuantas líneas a cada una de sus obras literarias, sin mencionar los manuscritos que guarda la familia, y su trayectoria diplomática, por otra parte los recuerdos personales también pesan al nombrar al hombre que lejos de los corredores de la vieja casona de la calle Ingavi, también llevaba una vida de hogar junto a tía Marina y mi prima en la residencia de Sopocachi, la suma de recuerdos de un esposo devoto, un padre enamorado y un tío querendón, hacen que sea muy difícil no emocionarse al recordarlo.

Me permito relatar una corta anécdota, importante y emotiva para mi… cuando me hice cargo del Área Social de la Dirección General de Ceremonial del Estado, dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores, tuve la grata sorpresa y sobretodo privilegio de ocupar la que fuera oficina y escritorio de tío Oscar, es seguro que nadie llevó un control de los funcionarios que ocuparon el mobiliario del ministerio, además fueron muchas generaciones que pasaron por ahí, seguramente muchos muebles fueron descartados, pero yo si sabía perfectamente a quien pertenecía el escritorio que honrada ocupé, pues tuve el privilegio de trabajar junto él en mis inicios.

Quien lo conoció, sabe lo importante que era para él la palabra "Señor", no recibía de buen agrado cuando en la oficina alguien osaba referirse a él como Doctor Cerruto, el exigía ser llamado Señor Cerruto... decía: "doctores se hacen... señor se nace".

Oscar Antonio Cerruto Collier, conocido simplemente como Oscar Cerruto, es considerado como uno de los más grandes poetas bolivianos y uno de los cinco más importantes escritores bolivianos del siglo XX y hoy 13 de junio celebramos los 110 años de su natalicio.  

Georgette E.














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